

Autor: Rosa Castro Cavero. Periodista e investigadora. Responsable de Investigación en Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz (UTEPSA)
Miles de bebés mueren cada día en el propio vientre materno. Miedo, rechazo familiar, escasez de recursos económicos, abandono o coacción de la propia pareja son las palancas que accionan el bisturí del médico que corta la vida de embriones que todavía no tienen nombre pero sí un corazón que late. En el caso de países donde no es legal el aborto y está penado con años de cárcel, como Bolivia, se recurrirá de forma clandestina a acabar con ese ser que todavía no puede pronunciarse y luchar por su vida.